Regalar flores no es solo un gesto bonito. Es un lenguaje. Un arte silencioso que comunica sin necesidad de palabras. Un ramo cuidadosamente elegido puede decir “te quiero”, “te echo de menos”, “estoy contigo”, “felicidades” o simplemente: “hoy me acordé de ti”.

En Luwanda creemos en el poder de lo sencillo y lo auténtico. Por eso, apostamos por trabajar con flores de temporada, recién cortadas, en su mejor momento, cuando su color, aroma y textura alcanzan su máxima expresión. Las flores que crecen con el ritmo de la tierra, no forzadas ni importadas desde lejos, tienen un valor especial: hablan el mismo idioma que la estación que estamos viviendo.